Cambiando de nombre

Puede parecer absurda la idea de que con una ligera modificación de nuestro nombre mudaremos nuestro destino, y que por reducirlo a un diminutivo (aunque hay diminutivos infantiles que son terribles), o escribirlo en un idioma diferente o alterando nuestra firma, conseguiremos que nuestra vida cambie de rumbo. El hecho es que, aparentemente, funciona. ¿Sortilegio y encantamientos? Tal vez. La vibración del sonido de un nombre tiene su propia magia.

A quien haya estudiado o leido un poco sobre Numerología, no le resultará nuevo ni extraño, por el contrario lo entenderá, saber que algunos preferimos un seudónimo. Y este siempre será un nombre adaptado a nuestras particulares necesidades.

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